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sábado, abril 18, 2015

Si decidiste tomar tu tiempo para tener hijos o el destino hizo de las suyas cuando andabas en los treinta y tantos casi 40’s, es posible que estés atravesando justo por la menopausia y la etapa más traviesa de tus hijos. ¿No es una buena combinación, cierto?
Antes muchas mujeres pasaban por la menopausia hasta después de haber visto a sus hijos casados, pero ahora, es mucho más común ver a tu alrededor mujeres que se mantienen activas profesionalmente, llevan la organización de su casa, dedican tiempo de calidad a su(s) hijo y pasan por la menopausia, ¡todo al mismo tiempo!
Si este es tu caso, es probable que además de tener que dividir tu atención, debas enfrentar los cambios físicos y hormonales de tu cuerpo. Cuando los trastornos que sufres en esta etapa (sofocos, incontinencia -falta de control de los efínteres-, fatiga, sequedad vaginal o irritabilidad) aparecen con mucha fuerza, es posible que tu hijo se sienta olvidado o prefiera alejarse para no verte agotada y de mal humor.
¿Cómo logro sobrevivir?Lo ideal es aceptar la situación por la que atraviesas. Esta etapa te exige dar un esfuerzo extra para que todo lo demás funcione y no sean las hormonas quienes decidan por ti. Para disminuir los síntomas físicos, los especialistas te recomiendan:
  • Seguir una dieta rica en calcio y sin exceso de grasas
  • Practicar ejercicio físico moderado
  • Si sólo sufres sofocos o sequedad vaginal puedes recurrir a las pastillas o parches con pequeñas dosis de estrógenos (indicadas por tu médico), durante el menor tiempo posible.
Aunque no lo creas, esta situación también tiene su lado positivo: el ritmo que requieren tus hijos (y demás tareas) te obligará a mantenerte activa y buscar alternativas que puedan ayudarte a combinar estos cambios en tu rutina diaria.

Menopausia ¿con hijos pequeños?

La llegada de la menopausia supone para cualquier mujer una serie de cambios físicos y emocionales que a veces son difíciles de gestionar.
Trastornos como los sofocos, las pérdidas de orina, la fatiga, la sequedad vaginal o la irritabilidad pueden complicar el día a día de muchas mujeres y pueden transformar radicalmente la forma en que se relacionan con los demás.
Esta nueva etapa vital, que supone el inicio de la madurez puede afectar al ámbito laboral, a la relación de pareja, a las relaciones sociales y también a la relación con los hijos, que no siempre viven los cambios que experimenta la madre de la forma más adecuada.

Hijos pequeños en la menopausia

Lógicamente, la situación de la mujer en la menopausia no es la misma si tiene hijos pequeños o hijos ya mayores e independizados. Por una cuestión de edad, la menopausia suele llegar en el momento en que los hijos ya se han marchado de casa, pero cada vez más mujeres retrasan la maternidad hasta el punto de encontrarse en la menopausia con los hijos aún en edad escolar.
Que los niños sean aún pequeños puede tener sus ventajas para afrontar una menopausia de una forma más positiva, ya que el ritmo que imponen los niños obliga a cualquier madre a mantenerse activa y a encontrar cualquier remedio para aliviar los síntomas de la menopausia.
Pero si los trastornos de la menopausia se presentan con toda su fuerza, los niños pueden sentirse desplazados y notar la falta de atención de una madre que está enferma, debilitada y agotada. Y eso puede afectar a la educación y al comportamiento de los niños pequeños.

Hijos mayores en la menopausia

Cuando la mujer se enfrenta a la menopausia con unos hijos ya mayores, puede encontrar en ellos el aliado perfecto para afrontar esta etapa de forma más positiva. En caso de que aún vivan en casa, la edad de los hijos hará que comprendan los cambios que está experimentando su madre, en muchos casos, mejor que su propia pareja, y será un buen momento para darle a su madre todos los cuidados.
Un asunto distinto es que los hijos ya se hayan ido de casa y la mujer entre en la menopausia acusando la soledad del llamado síndrome del nido vacío. Una tristeza que puede verse incrementada por los desajustes hormonales y que puede desembocar en una depresión.
Pero como siempre decimos, la menopausia y la madurez tienen también muchos aspectos positivos, en los que cualquier mujer puede apoyarse para que no afecte de forma negativa a la relación con sus hijos, con su pareja o con sus amigos.

Cómo afecta la menopausia a la relación con los hijos

miércoles, enero 21, 2015




Es importante diferenciar entre un berrinche y un aviso real y urgente para resolver una necesidad del niño. Para evitar confusiones, es necesario precisar lo que es un berrinche.

Definición:
 1) Llanto fuerte y prolongado que comúnmente hacen los niños. Puede ir seguido del berrinche de los papás u otros responsables del cuidado del menor (maestros, abuelos o tíos).
 2) Expresión ostensible de gran enfado o enojo.
 3) Estrategia radical para conseguir algo que se niega al niño por sentido común, protección o berrinche de los padres.
Algunos estudiosos del berrinche señalan que los niños insisten quejumbrosamente nueve veces antes de conseguir lo que quieren de sus cuidadores.
 Mientras que la experiencia nos demuestra que el 100% de los niños en algún momento de su vida harán un berrinche para conseguir lo que desean, el 100% de los papás manifiestan que al menos una vez perdieron la calma o no supieron qué hacer.
Manejo de berrinches:
 1. NO hagas tú también un berrinche. Sé tú quien conserva la cordura a pesar de la falta de cordura temporal de tu hijo.
 2. NO le grites (no compitas en volumen, tono e intensidad).
 3. NO trates de razonar con él (por el momento no escucha, está bloqueado momentáneamente a todo intento de comunicación).
 4. NO le pegues (empeorará el berrinche).
 5. NO lo remedes o te burles de él (se puede poner frenético).
 6. Déjalo que acabe de hacer su berrinche, sólo intervén físicamente si intenta golpear a otros o destruir cosas que no le pertenecen. Si se golpea a sí mismo(a) deja que lo haga, hasta que comprenda que no le funciona lastimarse.
 7. Si la situación es embarazosa o muy molesta para otras personas, puedes salir del lugar con el niño en brazos (no arrastrándolo, por favor), espera entonces a que acabe el berrinche.
 8. Si se le va el aire, ten en mente que una persona puede permanecer sin respirar aproximadamente un minuto sin sufrir ningún daño, por lo que te conviene esperar a que se le pase, de lo contrario, habrá encontrado una forma de chantaje asustándote. Si se pone azulado o realmente mal, puedes ayudarlo a reaccionar echándole un poco de agua en la cara (unas gotas) o con una nalgada.
 9. Una vez que la situación se calme, debes sostener con él una breve plática, tranquila pero firme, en la que le dejes claro que los berrinches no son el camino para lograr lo que desea.
 Cuando un berrinche se desata como consecuencia de no haberle dado algo que deseaba, no cometas el error de concedérselo para evitar o acallar el berrinche,pues te convertirás en su esclavo(a) y harás de tu hijo un tirano. http://on.fb.me/1dEdR8V

¡S.O.S. del manejo de berrinches!

martes, diciembre 23, 2014

Los síntomas generales del TDHA son un aumento de la actividad, impulsividad, una acusada falta de atención y de concentración. Son niños inquietos y nerviosos, que difícilmente pueden permanecer mucho tiempo sentados.
 Características comunes

Existen varias que son típicas de este trastorno, y entre ellas se destacan las siguientes:

Falta de atención.
Nerviosismo acusado.
No finalizar tareas asignadas.
Distracción constante.
Dificultad para llevar a cabo actividades de forma normal.
Hablar atropellado.
Problemas en las relaciones con otros niños.
Ansiedad.
Agresividad.
Tratamiento convencional 

Tratamiento natural

 Igualmente efectivo y sin efectos secundarios es un método natural que se está usando con muy buenos resultados: los ácidos grasos omega-3 (DHA). Diversos estudios indican que dichos ácidos grasos pueden mejorar de manera espectacular la hiperactividad y el trastorno de déficit de atención, así como trastornos derivados.

Ácidos grasos EPA y DHA

Están presentes en todas las células de nuestro cuerpo, especialmente en el sistema nervioso.

EPA es un ácido graso omega-3 necesario para el correcto funcionamiento y buena comunicación de las células, sobre todo a nivel de sistema nervioso, e influye en un buen funcionamiento mental.

DHA es también un ácido graso del tipo omega-3. Es muy importante en los primeros meses de embarazo, durante los cuales se forma el sistema nervioso del feto; también se encarga de la buena estructura cerebral.

Fuentes principales de omega-3

Pescado azul.
Nueces.
Aceite de borraja.
Aceite de onagra.
Aceite de cáñamo.
Suplementación con ácidos grasos EPA y DHA

Se llevó a cabo un estudio durante el año 2003 en el condado inglés de Durham con 117 niños en edad escolar (entre 5 y 12 años). Estos niños fueron elegidos por diversos problemas relacionados con la hiperactividad y el déficit de atención.

Durante tres meses se administraron perlas de ácidos grasos EPA , DHA y aceite de onagra a una parte de los niños. A la otra parte, solo perlas de aceite de oliva.

La conclusión del estudio fue muy esperanzadora: mejoró el nivel de aprendizaje y concentración, así como el comportamiento y el rendimiento escolar.

Esencial en el embarazo 

Se recomienda tomar alimentos ricos en ácidos grasos omega-3 especialmente en el embarazo. Ello es esencial para la formación y el correcto funcionamiento del sistema nervioso del feto.

En esta etapa sería aconsejable tomar un suplemento de DHA hasta el parto y continuar en la lactancia.

Importancia de la dieta 

El ritmo de vida actual a menudo hace que la dieta sea desequilibrada por la cantidad de alimentos refinados. Por ello suele haber carencia de ácidos grasos, tanto omega-3 como omega-6.

Estas carencias se relacionan con: 

Desórdenes mentales infantiles (también ocurre en adultos).
Trastorno de hiperactividad y déficit de atención.
Dislexia (dificultad en la lectura).
Agresividad.
Ansiedad.
Ácidos grasos omega-3: Tratamiento del futuro en el TDAH

Se abre una nueva vía de esperanza a todos los que sufren este trastorno, ya que con pocos meses de tratamiento se empiezan a ver resultados en la mayoría de casos sorprendentes, pues estos nutrientes ayudan a regular el sistema nervioso.


Por todo ello es aconsejable se incluyan en la dieta diariamente estos ácidos grasos

Hiperactividad y déficit de atención: tratamiento natural con DHA